La nena obrera

Obra de Joan Planella

La nena obrera (La niña obrera) de Joan Planella Rodríguez es una obra que se ha convertido en emblemática dentro de la corriente artística del realismo social del siglo XIX. La pintura presenta con  todo detalle a una niña que trabaja en un telar; es la «imagen» del trabajo infantil femenino en la industria textil, sector predominante en la primera industrialización catalana.

En 1840 Cataluña inició el tránsito hacia una sociedad plenamente industrial y moderna. El país conoce, poco a poco, los progresos, los problemas y los conflictos derivados de una incipiente sociedad capitalista e industrial. La aparición de una nueva burguesía y la extensión de nuevas industrias tienen su contrapunto en la formación y expansión de una nueva clase obrera industrial, cada vez más numerosa.

Deficiencias de higiene y seguridad de las empresas, salarios insuficientes e inestabilidad en la ocupación constituyen el panorama del mundo obrero de mediados del siglo XIX. Las jornadas son largas y duras; la entrada en el ámbito laboral se produce durante la infancia, a los diez años o incluso antes; los chicos y las chicas ya trabajan en el taller o en la fábrica, y los obreros infantiles son educados profesionalmente en la propia fábrica y hacen los trabajos más ingratos o las tareas que no requieren ningún tipo de cualificación profesional.

Esta obra es una segunda versión que, sobre el mismo tema, hizo Joan Planella. La niña obrera fue premiada con la tercera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1884 y se exhibió en la Exposición Universal de Barcelona de 1888 con gran éxito. En diciembre de 2012 fue subastada por la casa barcelonesa Balclis y el Museu d'Historia de Catalunya la adquirió para su colección.

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